El mito de la leche de vaca

El mito de la leche de vaca se basa en recomendar el consumo de la misma como fuente de calcio para evitar fracturas oseas. Lo más curioso es que no posee ninguna base científica.

En un artículo publicado en The New England Journal of Medicine se revisan los beneficios para la salud de la leche y sus derivados así como los posibles riesgos que su consumo puede tener para los humanos.

La paradoja del mito de la leche de vaca es que los países con mayor consumo de leche son los que tienen mayor incidencia de fracturas de cadera y viceversa, los de menor consumo, tienen una menor incidencia de fracturas.

Astrup A. Milk and Health. N Engl J Med. 2020;382(23):e86.

Los metanálisis publicados no sustentan el beneficio del consumo de leche y derivados para la prevención de las fracturas de cadera.

Los suplementos de calcio de 1.000 a 2.000mg al día solo han mejorado entre el 1-3% la densidad osea frente al placebo. Cuando se deja el tratamiento esta diferencia se pierde. Además, después de un año de suplementación en mujeres menopausias no se observa diferencia frente al placebo.

En un metanálisis sobre la suplementación con calcio para la prevención de fracturas no se observo ninguna diferencia entre grupo suplementado y los que recibieron placebo en la reducción de fracturas oseas no vertebrales y curiosamente el riesgo de fractura de cadera fue mayor en el grupo que tomaba suplementos de calcio.

El consumo de leche durante la adolescencia se asocia de modo lineal con un 9% más de riesgo de fractura de cadera durante la edad adulta por cada baso de leche adicional consumido al día. Por lo que con los datos actuales no se recomienda el consumo de leche durante la adolescencia para prevenir fracturas en la edad adulta.

Factores de riesgo y cáncer

Según las nuevas guías de la Sociedad Americana del Cáncer publicadas este mes. Tres de los principales factores de riesgo modificables relacionados con el cáncer son: el tabaco, el peso y el alcohol.

La novedad es que por primera vez las guías recomiendan explícitamente no consumir alcohol en vez de limitar el consumo de máximo de una copa para las mujeres y dos para los hombres al día. Este tope se mantiene para aquellos que no quieran abstenerse de tomar alcohol.

Los autores recuerdan que no existe ningún nivel seguro de consumo de alcohol

Rock CL, Thomson C, Gansler T, et al. American Cancer Society guideline for diet and physical activity for cancer prevention [published online ahead of print, 2020 Jun 9]. CA Cancer J Clin. 2020;10.3322/caac.21591. doi:10.3322/caac.21591

Dentro de los factores de riesgo modificables para desarrollar cáncer destaca el alcohol. Se ha establecido como causa de 7 tipos diferentes de cáncer. Mayoritariamente afectan al tracto digestivo (cavidad oral, faringe, laringe, esófago, estómago(posiblemente) y colon) pero también hígado y cáncer de mama.

El Alcohol

El alcohol fue clasificado como carcinogénico para los humano en 1987.

Se sabe además que el alcohol y el tabaco tienen un efecto sinérgico. Incrementando más el riesgo de cáncer que si solo se consume alcohol o solo se fuma.

En Estados Unidos se calcula que el consumo de bebidas alcohólicas es responsable del 41% de los cánceres de cavidad oral y faringe, el 23% de laringe, el 22% de hígado, el 21% de esófago, el 13% de colon y un 16% de los cánceres de mama.

El Peso

El peso es uno de los factores de riesgo facilmente modificable. El sobrepeso y la obesidad se han relacionado con cáncer de mama, endometrio, riñon, esófago, colon, recto, estómago, hígado, vesícula, páncreas, ovario, tiroides y mieloma múltiple. También existe cierto grado de evidencia en cánceres de la cavidad oral, próstata, faringe y laringe.

Los autores indican que se debería animar a las personas con sobrepeso/obesas a perder peso no solo por su efecto sobre el cáncer sino también por sus efectos cardiovaculares (infartos, isquemias, accidentes cerebro-vasculares..) y su relación con la diabetes.

El Sedentarismo

Otro factor de riesgo relacionado con el cáncer es la falta de ejercicio. La recomendación es ser activo. Esto significa dedicar de 150 a 300 minutos de actividad física moderada a la semana o de 75 a 150 minutos de ejercicios de alta intensidad semanales. En los niños y adolescentes se recomienda una hora de actividad física de moderada a intensa cada día. En ambos casos se trata mayoritariamente de actividad aeróbica.

Aunque el grado de evidencia entre la actividad física y los distintos tipos de cánceres varia según los estudios. Cada vez esta más claro la importancia del ejercicio y su efecto sobre el cáncer. La relación entre cáncer colon y ejercicio es una de las más destacadas seguidas del cáncer de mama y endometrio especialmente en postmenopausicas. La evidencia en cáncer de pulmón es moderada y otros como esófago, riñón, vesícula, estómago y hematológico es menos consistente.

Fibra y cáncer de mama

La revista Cancer acaba de publicar un metanálisis en el que ha estudiado la relación entre la ingesta de fibra total (soluble e insoluble) y la incidencia de cáncer de mama. Para ello ha revisado todos los estudios prospectivos publicados hasta Julio del 2019.

La hipótesis parte de que al disminuir los niveles de insulina circulante en sangre así como el IGF-1 (Factor de crecimiento análogo a la insulina tipo 1) que juegan un papel importante como factores de riesgo para el cáncer de mama. Lo mismo ocurre con el nivel circulante de hormonas sexuales. Dado que las dietas altas en fibra, según algunos estudios publicados, tienen un impacto directo en la sensibilidad de la insulina y los niveles circulantes de hormonas sexuales, principalmente disminuyendo los niveles de estrógenos. Es por ello que este estudio, quiere evaluar la relación existente entre la ingesta de fibra y la incidencia de cáncer de mama.

Un metanálisis publicado con anterioridad en 2016 encontró una relación inversa entre los niveles de ingesta de fibra y el riesgo de cáncer de mama. En concreto una reducción del riesgo de cáncer de mama de un 12%.

Resultados estudio fibra y cáncer de mama

El estudio concluye que el mayor consumo de fibra (soluble) se asocia con una reducción de riesgo de cáncer de mama tanto en las pacientes premenopausicas como en las postmenopausicas.

Estos resultados están en linea con las recomendaciones de la Sociedad Americana del Cáncer.

Cancer. 2020;126(13):3061‐3075

En principio, la reducción de riesgo fue similar para todas la fuentes de fibra (vegetales, frutas, cereales y legumbres). Aunque solo se alcanzaron diferencias estadísticamente significativas con las frutas.

Un alto nivel de ingesta de fibra total se asoció de manera inversa con los cánceres tanto ER+/PR+ como los ER-/PR- (en los cánceres con receptores hormonales positivos como los negativos). Aunque la diferencia no fue significativa.

Entre las mujeres que consumieron más fibra tanto soluble como insoluble hubo una reducción de riesgo del 8% respecto a las que consumían menos fibra.