Grasas «trans» y riesgo de demencia y Alzheimer

Grasas «trans» y riesgo de demencia y Alzheimer. Cada vez se publican más artículos que relacionan la dieta con la demencia. También se sabe que el consumo de grasas trans aumenta el riesgo de enfermedad cardiovascular.

Que son las grasas Trans?

Las grasas saturadas en general (suelen ser solidas a temperatura ambiente) aumentan la LDL (El colesterol «malo»). Para crear las grasas Trans la industria alimentaria añade artificialmente hidrógeno al aceite de origen vegetal por ello se vuelve sólido a temperatura ambiente. Al hacer esto la fecha de caducidad del producto aumenta considerablemente. Además este tipo de aceites son mucho más baratos. También hay alimentos que poseen grasas Trans de forma natural como carnes y productos lácteos.

Las grasas Trans o ácidos grasos Trans son la peor grasa que se puede comer ya que aumentan el colesterol LDL (malo) y reduce el colesterol HDL(bueno). Lo que aumenta el riesgo de enfermedad cardiovascular que actualmente es la principal causa de muerte en adultos.

Las empresas alimentarias las utilizan porque son grasas más baratas, estabilizan el sabor y aumentan la durabilidad de alimentos procesados (bollería, pasteles, galletas, dulces, tartas, palomitas para microondas, helados, margarinas, galletas, pizzas congeladas, caramelos, chicles, cereales desayuno , frituras (patatas fritas, pollo frito,..) crema de leche, manteca vegetal…)

El estudio

Neurology a publicado un estudio realizado por investigadores japoneses cuyo objetivo ha sido evaluar el consumo de grasas «trans» utilizando un marcador específico y el riesgo de demencia y Alzheimer

Este estudio prospectivo, realizado en Japón con más de 1600 participantes que fueron seguidos durante 10,3 años de mediana. Media los niveles en sangre de el ácido elaídico (un ácido graso trans) como biomarcador del consumo de grasas trans de origen industrial. Los niveles de ácido elaídico se asociaron de forma significativa con el diagnóstico de demencia de cualquier causa.

El estudio concluye que los niveles altos de ácido elaídico pueden ser un factor pronostico para el desarrollo de demencia de cualquier tipo, incluyendo la enfermedad de Alzheimer.

El estudio no encontró relación significativa entre los niveles de ácido elaídico y la demencia de origen vascular.

Los investigadores sugieren que disminuir el uso de grasas trans en la industria alimentaria junto con educar a los consumidores para tomar mejores decisiones a la hora de consumir alimentos podría contribuir a la prevención de la demencia primaria.

Neurology. 2019 Oct 23. pii: 10.1212

Consumir carne tiene un precio

Consumir carne tiene un precio. Esta claro que no solo puede ser caro económicamente el comprar carne. Esta vez hablaremos de su impacto sobre la salud. Actualmente ya existe gran cantidad de evidencia científica relacionando el consumo de carne roja, especialmente la procesada, y el incremento de riesgo de padecer ciertas enfermedades crónicas. Estamos hablando de la diabetes tipo 2, enfermedad cardiaca, cáncer, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, hipertensión y también muerte prematura. Por lo que consumir carne tiene un precio. Muchos de nosotros no somos conscientes del precio adicional que pagamos cuando consumimos ciertos alimentos.

Este estudio destapa la relación entre el consumo de carne y las causas de mortalidad en la población.

Todo ello probablemente debido a su contenido alto en grasas saturadas, carcinógenos potenciales (hidrocarburos aromáticos policíclicos) que aumentan al cocinar, sodio y conservantes (nitratos…). Especialmente en la carne procesada (embutidos, bacon, salchichas …)

British Medical Journal ha publicado un estudio prospectivo. En el, se analizan casi 82.000 pacientes. El objetivo es evaluar si los cambios en el consumo de carne a lo largo de 8 años influyen en la mortalidad. Además de buscar que alternativas dietéticas a la proteína de la carne, como como nueces, aves, pescado, productos lácteos, huevos y legumbres, y cereales integrales y verduras podrían mejorar nuestra salud.

Resultados del estudio

Un aumento en el consumo total de carne roja de al menos media porción por día se asoció con un incremento del 10% en el riesgo de mortalidad. En cuanto al consumo de carne roja procesada y sin procesar. Un aumento de al menos media porción por día se asoció con un incremento de riesgo en la mortalidad del 13 % y de un 9% respectivamente.

El aumento de una porción por día de carne procesada durante ocho años se asoció con un 19 % más de riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular y un 57% más de riesgo de muerte por enfermedad neurodegenerativa en los siguientes 8 años.

Esta claro que consumir carne tiene un precio. Por suerte no todo es negativo.

Por contra, una disminución en el consumo de carne a favor de fuentes de proteínas más saludables (cereales integrales o vegetales) a lo largo del tiempo se asocia con una disminución en el riesgo de mortalidad.

El estudio concluye que el incremento en el consumo de carne, especialmente la procesada, se asocia con un mayor tasa de mortalidad general.

BMJ. 2019 Jun 12;365:l2110

El estudio también muestra que cambios a corto, medio y largo plazo en el consumo de carne roja, procesada y sin procesar. Se asocian con la mortalidad independiente del nivel inicial de consumo.

Los autores concluyen que esta publicación proporciona evidencia adicional para apoyar el cambio en el consumo de carne roja y procesada por otros alimentos más saludables.

Los vegetales y el riesgo cardiovascular

Journal of the American College of Cardiology ha publicado un estudio donde  deja claro que no todas las dietas basadas en vegetales son iguales. En cuanto a los vegetales y el riesgo cardiovascular. Existen vegetales que claramente disminuyen el riesgo cardiovascular. Pero también los hay que aumentan dicho riesgo.

El estudio es importante ya que la enfermedad coronaria es la causa principal de muerte a nivel global.

Estos investigadores, de la universidad de Harvard, construyeron un indice para valorar las dietas. Sé siguieron más de 200.000 personas durante varios años. De estos, 8.631 desarrollaron enfermedad coronaria. Este índice otorgaba puntuaciones positivas a los alimentos vegetales más sanos (cereales integrales, frutas, vegetales, nueces, legumbres, aceites, te y café), mientras a los menos sanos (zumos, bebidas azucaradas, cereales refinados, patatas fritas y dulces) y los alimentos de origen animal recibían puntuaciones opuestas.

Los investigadores piensan que se debería recomendar incrementar el consumo de vegetales saludables y reducir el consumo de los menos saludables y de ciertos alimentos de origen animal. Especialmente la carne roja y la procesada. Esto mejoraría sustancialmente el riesgo de padecer enfermedad coronaria.

J Am Coll Cardiol. 2017 Jul 25;70(4):411-422.

Los investigadores encontraron relación entre el consumo de vegetales saludables y la disminución en la incidencia de enfermedad coronaria. Mientras que el consumo de vegetales menos saludables o alimentos de origen animal aumentaban la incidencia de enfermedad coronaria.

Otros estudios

Otros estudios han analizado las diferencias entre población vegetariana o no vegetaría. A diferencia de este estudio que analiza la cantidad y la calidad de alimentos vegetales consumidos. Esto ha permitido obtener datos de una población más general, ya que la mayoría de la población no es vegetariana. Sino que combina alimentos de origen animal y vegetal en su ingesta diaria.

A continuación, algunos resultados de estos estudios dicotómicos entre vegetarianos y no vegetarianos. Un metanálisis reciente, ha encontrado resultados similares. El grupo de vegetarianos poseía un 29% menos de riesgo de muerte por enfermedad coronaria, comparado al grupo que no era vegetariano. Otro estudio europeo encontró que los vegetarianos poseían un 32% menos de incidencia de enfermedad coronaria tras los 11 años de seguimiento que que el grupo que no era vegetariano.