Un reciente estudio prospectivo de cohortes publicado en Neurology en el que han participado más de 1600 individuos de más de 50 años de edad hasta los 74 con un seguimiento medio de casi 15 años se ha estudiado el efecto del número de sesiones de sauna semanales y el riesgo de padecer un Ictus.
En los análisis ajustados por edad y sexo el grupo que hacia entre 4-7 sesiones de sauna semanales obtenía una reducción de riesgo de ictus de un 61% comparado con el grupo que solo hacia una sesión de sauna semanal.
Después de ajustar los datos por otros factores de riesgo como presión arterial, índice de masa corporal, consumo tabaco, LDL, medicación, nivel de actividad y estado socioeconómico los resultados fueron los mismos.
El estudio concluye que los individuos de mediana edad y mayores que hacen sesiones frecuentes de sauna tiene una reducción de riesgo sustancial de un evento de Ictus.
Los investigadores especulan que el posible mecanismo para esta reducción de riesgo podría ser una reducción en la presión sistólica, la posible alteración del sistema nervioso autónomo, efectos positivos sobre el perfil lipídico, reducción del estrés oxidativo, una reducción en el grosor de la intima media de la carótida y efectos sobre la resistencia vascular periférica.
Neurology. 2018 May 29;90(22):e1937-e1944